domingo, 13 de noviembre de 2011

Mientras el sol radiante y el cielo azul con nubes exista, no puedo estar Triste

“Mientras el sol radiante y el cielo azul con nubes exista, no puedo estar Triste”

Para el que tiene miedo o se siente solo y desdichado, el mejor remedio es el salir al aire libre y buscar un lugar aislado donde se pueda estar en comunión con el cielo, con la naturaleza y con Dios.
Algunos días trascurrieron, la vida dentro del Anexo era cada vez más difícil para Ana Frank, las peleas constantes con su madre, el rechazo de los inquilinos.  Pero Algo sucedía con Peter, ella  dejo de pelear con él, ahora no lo veía tan desagradable, le comenzaba a gustar, se sentía completamente cambiada, cada mañana iba al granero donde trabaja Peter y donde sus pulmones llenos de moho se refrescaban, Peter y Ana Frank  respiraban juntos el aire fresco, miraban hacia afuera y había algo entre ellos que no había interrumpir con palabras, pasaban un buen rato así, ella realmente se estaba enamorando le parecía magnifico ver a Peter cortar leña.
Muchas cosas le hacían falta desde hace mucho tiempo, y de ellas se veía privada, no lo expresaba de manera melancólica, pues tenía lo que necesitaba, hablaba de de las cosas que pasaban dentro de las personas, como los pensamientos y los sentimientos, a veces sentía la nostalgia de la libertad.
Súbitamente de la noche a la mañana, ya no dejaba más que pensar en Peter, se dormía pensando en su imagen, soñaba con él durante la noche y se despertaba bajo su mirada, tenia la noción que Peter y ella ya no eran tan diferentes.
Hasta cuándo podría dominar Ana Frank este deseo, todas las noches era igual no podía dormir por estar pensando en el.
Había pasado varios días y ella ya no se había reunido con Peter en el Granero, había estado haciendo un trabajo de carpintería, pero no todo fue malo, esos días las había pasado muy bien con su hermana Margot y Elli, y comenzaron hablar de las forma de ser de su madre y de la señora Van Daan, Elli comento su propio desaliento a su mama, que apoyo se podía esperar de ellas, pero cundo Ana Frank quiso opinar la respuesta fue, Tú no puedes hablar todavía de estas cosas.
Su respuesta fue que tontos y necios son los mayores a veces, como si no tuviéramos los mismos sentimientos que invocaban a la ayuda de una madre o el amor de los más íntimos amigos. ¿Qué tontos son todos que no aceptan la opinión?

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